sábado, 19 de octubre de 2013

Canatlan, Durango

Habiendo terminado la insurrección tepehuana quedó libre el camino para que los frailes volviesen a fundar sus misiones. Sobre las ruinas humeantes se levantaron nuevos templos.
El 29 de enero de 1620, llegaron a la Villa de Durango los primeros religiosos jesuitas, que después de la insurrección tepehuana, construyeron nuevas misiones en los lugares donde anteriormente se habían establecido.
Sacerdotes franciscanos, edificaron en un pequeño llano próximo a La Sauceda, una Misión a la que llamaron San Diego de Canatlán.
Fijándose el año de 1620, como el de la fundación de dicha misión, porque fue cuando entraron los frailes a la región tepehuana y el hecho de llamarla de San Diego, fue porque se fundó el 13 de noviembre, nombre del santo que correspondía a la fecha y le agregaron el de Canatlán, vocablo mexicano, que significa "€œnido de tierra junto al agua o nido de tierra y agua"€.
El documento más antiguo encontrado que habla de Canatlán, fue expedido el 3 de enero de 1623, y es una certificación hecha por Fray Diego de Espinoza, presidente del Convento de San Diego de Canatlán. La misión de San Diego de Canatlán, quedó establecida, según los documentos que se han tenido a la vista, en el mismo lugar donde se encuentra el actual templo parroquial. La descripción más antigua que se ha encontrado sobre está iglesia, data del año de 1755 y en ella se habla de una iglesia reciente.
Como Canatlán se encuentra en las estribaciones de un valle, por largos años y desde antes de que el pueblo fuera fundado, se llamó a dicho valle, "€œValle de La Sauceda"€.
Fray Diego de Espinoza, franciscano de la Orden de San Diego de Alcalá, al frente de seis frailes españoles de California La Alta y apoyados por 30 familias mestizas, fundan el día 13 de noviembre 1623, la "€œMisión de San Diego de Canatlán"€ en el lugar que ocupa el templo católico de la localidad; fundando también una cuadrilla de habitaciones fuera de la parcela conventual de la misión al sur y en forma de cruz, que serviría de alojamiento a los mestizos y sus familias y tomaría el nombre de la población Acaxee ubicada al otro lado del cerro.
La fundación de las casas que formaban la cuadrilla, se hizo en forma de cruz, con lugar para la plaza real, pero los nativos dieron por llamarle "€œCallejón de los 30 viejos"€, nombre que ha prevalecido hasta la actualidad, solo con la variante de "€œBarrio de los 30 viejos"€, porque al crecer abarcó otros tres callejones y parte de la avenida El Presidio en esta ciudad.
Dada la aceptación y fácil despliegue de comunicaciones, la Misión de San Diego de Alcalá, pronto tuvo más auge y aceptación que los poblados y misiones cercanas, llegándose a convertir en el centro obligado del comercio, la posta y la autoridad, siendo abreviado su nombre; y quedó conocida sólo por "Canatlán", la Misión se redujo al convento y templo en lo que fuera la parcela se agregaron fincas para casas habitación y locales para el comercio general.
Al efectuarse los estudios para la Real División del Territorio de la Provincia de la Nueva Vizcaya, la población de Canatlán quedó registrada con la categoría de Cabecera Real perteneciente al Primer Cuartel de la Villa de Durango y con la jurisdicción sobre las misiones y rancherías cercanas, para impartir el conocimiento de la autoridad de la corona de España, la Doctrina Cristiana del Sumo Pontífice Romano, concordar discordias de índole menor entre los mestizos y los indígenas, pero sin tener fuero alguno sobre la población española, para quien sólo era competente la Autoridad Real de la Villa de Durango el Gobernador General de la Nueva Vizcaya.
Al promulgarse la Constitución de 1917, el día 5 de febrero, Canatlán asciende a cabecera del ahora municipio que lleva su nombre, categoría que conserva hasta la actualidad, tomando posesión en esa fecha, el primer Presidente Municipal Constitucional, señor Don Luis Oloño Rodríguez, comenzando con esto el desenvolvimiento libre de sus gentes, el respeto a su propiedad privada, el afán de hermoseamiento de la población, la afluencia y explotación del comercio y el verdadero uso del medio de transporte, ferrocarriles, camiones y automóviles, el conocimiento de muchas gentes a la capital del estado y de otras capitales del País, pero Canatlán acusaba lentitud en su progreso y vivía en calma y tranquilidad de cualquier pueblo de la provincia mexicana.
Fue hasta el año de 1959, cuando sufre otra transformación su nombre: La H. Legislatura del Estado de Durango, aprueba el Decreto número 353, el día 30 del mes de mayo, que se aprobó el día 8 de octubre del mismo año, denominándosele "€œCanatlán de las Manzanas"€ a su cabecera municipal. Este nombre causa confusión con los nombres de otras poblaciones y lugares de la República y el Decreto tuvo que ser derogado y devolverle a Canatlán su antiguo nombre.
Su desenvolvimiento político y social, así como el aumento de su población, convirtió a Canatlán a la categoría de Ciudad Canatlán, al llenar los requisitos de saneamiento, medios de comunicación, economía, etc. y por decreto número 127 de la Legislatura del Estado de Durango, leído en Bando Solemne en su Explanada Cívica del Jardín Juárez el día 7 de noviembre del año de 1972, teniendo a su cargo la ceremonia, el ciudadano Doctor Don Salvador Gámiz Fernández, Gobernador Interino del estado, y en presencia de las Autoridades Municipales, algunos militares comisionados, los representantes de los clubes sociales o de servicio, los sindicatos, el comercio y público en general.

El Oro, Durango

El municipio recibe su nombre del metal áureo del mismo nombre, el cual es un metal amarillo, más dúctil y maleable que cualquier otro, además de ser uno de los más pesados. El oro solo reacciona ante el cloro, el bromo y el agua regia. Su símbolo químico es Au, su número atómico 79 y fue uno de los primeros metales conocidos por el hombre.

Cuencamé, Durango

Cuencamé o Concueme es, hasta la fecha, punto de concurrencia de diferentes corrientes poblacionales. En la etapa precortesiana coincidían ahí los zacatecos, tepehuanos y laguneros. Se trata de "€œun valle muy espacioso y muy ancho coronado de hermosos montes"€, según el decir de su propio fundador, el padre Jerónimo Ramírez, misionero jesuita que llegó al lugar en agosto de 1594.
Relevado de su labor por el padre Agustín de Espinoza, pronto cristalizó su proyecto colonizador. Una carta del escribano Rodrigo de Paz, nos explica que llegó a Cuencamé el capitán Antón Martín de Zapata (a pedimento de Espinoza), y que ante él se presentaron el cacique de dicho pueblo, el de Manganapa, el de Salina y el del Río de las Nazas, los que tomaron los nombres del capitán y el padre, que recibieron tierras para su asiento. El Capitán Zapata designó de establecimiento a Martín Mitza.
En 1622 se menciona al convento de San Antonio de Cuencamé, a cargo de Fray Francisco Santos. El nombre parece ser modificado, ya que en 1693 se le conoce como Convento de la Purísima Concepción, posiblemente para diferenciarlo del de Durango. De cualquier manera, los franciscanos arribaron a este sitio en 1583, aunque al parecer abandonaron la región.
Dentro del municipio se encuentra la población de Pedriceña, fundada por Carlos Michaud recibiendo el nombre del Capitán Pedriza, quien se distinguió durante la época colonial. Llegó inclusive a considerarse municipio independiente.
El partido de Cuencamé estuvo integrado con Peñón Blanco, en 1824 y posteriormente se anexó a Santa Clara, a principios del presente siglo, recuperando también el territorio de Pedriceña.
La mina de Terneras propició la instalación de una planta benefactora propiedad de la American Smelting and Refining Company, la que agotó sus vetas de plata.
Las condiciones económicas de la mayoría de la población resultaban francamente desproporcionadas, pues la riqueza se concentraba en unas cuantas familias. La matanza de Velardeña de Velarde, (otro capitán dedicado a la minería) fue el resultado de las prolongadas tensiones, cuyo origen se debe a la explotación mas allá de los límites de la resistencia de cualquier trabajador.
En 1909 se inició la matanza indiscriminada de la muchedumbre, en una fiesta religiosa, provocando el estallido social para luego aplastarlo violentamente. La mano del Teniente Jesús Garza González, ejecutor material de la matanza, es criminalmente dirigida por las fuerzas económicas que se coludían contra el pueblo.
 Sólo la Revolución de 1910 pudo vengar este genocidio, y quizá estas acciones inyectaron el ánimo de los pobladores a participar decididamente en la lucha armada. Una veintena de generales y gran numero de oficiales, es la contribución del municipio,con Calixto Contrerasy Severino Ceniceros a la cabeza.





Coneto de Comonfort, Durango

La localidad de Coneto de Comonfort está situado en el Municipio de Coneto de Comonfort (en el Estado de Durango). Tiene 769 habitantes. Coneto de Comonfort está a 1960 metros de altitud.

Canelas, Durango

El nombre del municipio se debe al apellido del Capitán Portugués Mateo Canelas.
Según las leyendas, tradiciones y escritos, el municipio de Canelas, remonta sus orígenes a la presencia, permanencia y posesión de estas tierras, de la tribu de los Acaxees, los cuales en la segunda mitad del año de 1500, conocieron a los conquistadores españoles, quienes los dominaron y los obligaron a estar sometidos así como a servir de bestias de carga y de trabajo en el naciente mineral de Topia.

Trajes tipicos



Entre los hombres, la vestimenta tradicional está cayendo en desuso, sobre todo en las comunidades más cercanas a la influencia mestiza. En un promedio del 80% ya no lo utiliza excepto cuando asisten a las fiestas religiosas y a los mitotes. Esto quiere decir, que casi todo tepehuan tiene su camisa y su calzón de manta, pero únicamente lo utiliza en ocasiones especiales. Permanece el guarache, morral bordado y sombrero de soyate.
Por el contrario, las mujeres en su mayoría portan el traje tradicional que consiste en coloridas blusas, faldas y mandiles de satín decoradas con encajes y listones de colores, rebozo negro de encaje y calcetines afelpados de colores muy vivos, zapatos de hule.





Comidas tipicas

Algunos de los principales platillos típicos de Durango son: el popular caldillo, sopa preparada con carne seca y chiles; las carnes adobadas; y el queso de Durango, uno de los ingredientes principales del caldillo. El lomo de puerco sazonado con vino blanco y miel de agave es otra deliciosa opción muy popular en la región. Las gallinas borrachas preparadas con vegetales, jamón y chorizo, junto con el asado de venado con jamón, chorizo, pasas y almendras son otras deliciosas tentaciones que ofrece la cocina duranguense. 

Durango se caracteriza por tener postres exquisitos, lo cual resulta excelente después de haber probado cualquiera de los platillos anteriores de sabor fuerte. Algunas opciones son el dulce de nuez y almendra o el popular postre de huevo, que se prepara con migajas de pan dulce horneado, leche y azúcar. También están los mostachotes o dulces de novia que se preparan con dulce de leche y nuez, además de los tradicionales merengues que comúnmente son agregados a las copas de helado.